Redacción | Desde el Caribe |
La detención de Arturo Antonio “N” en Mérida, Yucatán, no es un hecho aislado, sino el resultado de una política decidida, en Quintana Roo la violencia contra las mujeres no quedará impune.
Acusado de violación, violencia familiar y tentativa de feminicidio, Arturo Antonio “N” fue ubicado y detenido mediante un operativo coordinado entre la Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo y la Secretaría de Seguridad Pública de Yucatán. La orden de aprehensión fue cumplimentada cuando intentaba evadir la justicia, tras meses de permanecer prófugo luego de cometer agresiones graves contra una mujer con la que mantuvo una relación sentimental durante tres años marcada por la violencia psicológica y física.
La historia detrás del caso es alarmante, pero tristemente común, una relación de control, maltrato emocional y agresiones que escalaron hasta la asfixia y la violación. En noviembre de 2024, el agresor agredió a la víctima dentro de una discoteca en Cancún. Siete meses después, irrumpió en su domicilio, la agredió nuevamente y la violó. Estos actos atroces activaron los protocolos de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Mujer, que brindó atención integral a la víctima y comenzó una investigación que no se detuvo hasta lograr la localización del imputado.
No fue un esfuerzo menor. La FGE activó una búsqueda nacional e internacional, solicitando ficha roja a INTERPOL, enviando alertas migratorias y colaborando con fiscalías de todo el país. También se cateó su domicilio en el municipio de Benito Juárez como parte de las diligencias.
La firmeza con la que actuó la institución encabeza una nueva etapa en Quintana Roo, donde las acciones en defensa de las mujeres son cada vez más visibles y efectivas. Lo reafirmó el fiscal general del estado, Raciel López Salazar, al declarar que “no se permitirá que la violencia contra las mujeres quede sin castigo”. Y no son palabras vacías, bajo su gestión, se han obtenido 337 sentencias condenatorias por delitos como feminicidio, tentativa de feminicidio, violación, abuso sexual y violencia digital, con penas que han alcanzado hasta 140 años de prisión.
Este caso marca un precedente importante, la justicia puede llegar, incluso cuando el agresor intenta desaparecer. Pero también subraya un mensaje clave, "la dignidad de las mujeres no se negocia, se defiende con hechos y con ley."
Mientras Arturo Antonio “N” es presentado ante el juez que lo requiere, la Fiscalía reafirma su compromiso, no habrá impunidad para quienes agreden, violan o intentan asesinar a una mujer en Quintana Roo. Y aunque queda mucho camino por recorrer, cada captura, cada sentencia y cada paso firme es una victoria para la justicia, para las víctimas y para una sociedad que ya no tolera el silencio ante la violencia de género.
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