Más que computadoras, formando "Mujeres Sin Limites" que resuelven problemas sociales: Adrián Martínez Ortega



Manuel Solís | Desde el Caribe | 

En Quintana Roo comienza a tomar forma una estrategia transformadora, la de acercar a niñas y adolescentes al mundo de la tecnología no solo como usuarias, sino como creadoras de soluciones para su entorno. Bajo esta visión, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Ciudadana (SESESC) impulsó el programa “Mujer Sin Límite”, una iniciativa que apuesta por el talento femenino desde edades tempranas.

El titular del SESESC, Adrián Martínez Ortega, destacó que este programa se alinea con el Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo que encabeza la gobernadora Mara Lezama Espinosa, y tiene como eje central fortalecer a las adolescentes como agentes de cambio, capaces de enfrentar problemáticas sociales a través del uso de la tecnología.

La apuesta no fue menor. Un total de 121 niñas y adolescentes, de entre 12 y 17 años, recibieron capacitación especializada en herramientas tecnológicas y nociones básicas de programación. El objetivo fue claro: dotarlas de conocimientos técnicos y habilidades que les permitieran diseñar aplicaciones con impacto social, al tiempo que desarrollaban liderazgo, trabajo en equipo y compromiso comunitario.

Más allá de aprender código, las participantes fueron formadas para pensar en soluciones reales. El programa promovió valores como la ética, la colaboración y la generación de redes de prevención de la violencia, demostrando que la tecnología puede ser un vehículo poderoso para la transformación social cuando se pone al servicio de la comunidad.

"Mujer Sin Límite" tuvo presencia en siete municipios del estado, llegando tanto a cabeceras municipales como a comunidades rurales. Othón P. Blanco fue uno de los puntos clave, con actividades en Nachicocom, Sacxán, Álvaro Obregón y Luis Echeverría; además de Bacalar, en la comunidad de Limones, y municipios como Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Cozumel, Benito Juárez y Lázaro Cárdenas.

Cada grupo recibió 40 horas de capacitación, distribuidas a lo largo de aproximadamente dos meses, periodo en el que las jóvenes aprendieron el lenguaje básico de programación en Python. El reto final fue desarrollar una aplicación funcional que pudiera implementarse en su comunidad para atender una necesidad social específica.

Así, mientras en otros espacios se debate el futuro de la tecnología, en Quintana Roo ya se está construyendo desde abajo, con niñas que aprenden a programar, a liderar y a creer que no existen límites cuando el conocimiento se convierte en herramienta de transformación.

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