El tablero guinda en Quintana Roo, rumbo al 2027

 


Redacción | Desde el Caribe |

En toda sucesión política los adelantados son inevitables. Forman parte del proceso, ayudan a medir fuerzas y a enviar señales anticipadas. Sin embargo, cuando la competencia se adelanta sin acuerdos firmes, el escenario se vuelve incierto. En política, la prisa rara vez sustituye al consenso

Dentro de Morena, donde el método es tan importante como los nombres, la definición no se dará sin reglas claras ni sin el visto bueno de la doctora Claudia Sheinbaum. El movimiento ha dejado claro que las decisiones estratégicas pasarán por un proceso avalado desde la dirigencia nacional y alineado con el proyecto presidencial, donde la encuesta, el consenso y la unidad siguen siendo los ejes formales.

Cuando ese método no se respeta o se intenta forzar, la consecuencia suele ser el reacomodo interno. Y es en ese margen entre la anticipación y la falta de acuerdos donde puede abrirse espacio para una tercera opción que no encabeza el ruido, pero sí las confianzas.

En ese ajedrez político, Gino Segura aparece como uno de los perfiles mejor posicionados, con presencia constante y lectura fina de los tiempos políticos. Su avance ha sido cuidadoso, sin romper equilibrios, entendiendo que el método de Morena no premia la estridencia, sino la disciplina.

En paralelo, la figura de Rafael “Rafa” Mollinedo conserva peso propio. Su cercanía con el expresidente Andrés Manuel López Obrador y su papel en la formación de cuadros lo colocan como un actor relevante. No es casual que haya aparecido mediante video felicitando a la senadora Anahí González, un gesto que confirma una relación política construida y un padrinazgo que se reconoce en los círculos del poder.

Al mismo tiempo, el control político en Quintana Roo mantiene un eje definido. Claudia Sheinbaum ha reconocido el trabajo de la gobernadora Mara Lezama, una señal inequívoca de continuidad, orden y alineación con el proyecto nacional. Ese reconocimiento refuerza la idea de que el estado no es un territorio en disputa, sino un espacio bajo conducción política clara.

El fondo del debate no está en quién se adelanta, sino en cómo y cuándo se toma la decisión. Porque en Morena, el método no es un trámite, es el filtro del poder. Y sin el visto bueno presidencial, ningún nombre , "por adelantado que esté", cruza la meta.

Publicar un comentario

0 Comentarios