Cuando la "Soberbia" sustituye el servicio público


Manuel Solís | Desde el Caribe |

"El poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos" 

Por más pequeño que parezca un cargo público, siempre revela el tamaño real de quien lo ocupa. Y en Othón P. Blanco tenemos un ejemplo contundente; el regidor Mario Ulises Lara, presidente de la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social, un funcionario que parece haber encontrado en la frivolidad un estilo de gobierno.

No se necesita una gran lupa para ver el retrato, un regidor que delega tareas mínimas, como cargar un paraguas, a su asistente. Un acto aparentemente insignificante, sí. Pero en política, los detalles nunca son inocentes. En esos gestos está el verdadero rostro del funcionario. Y aquí, lo que se muestra es soberbia, desconexión y una peligrosa adicción a sentirse “importante”.

La frase atribuida a Andrés Manuel López Obrador, “El poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos”, no sólo flota en el aire, cae directo sobre el escritorio del regidor. Es el retrato fiel del pequeño funcionario que, ante su primer destello de autoridad, pierde el piso y olvida para qué llegó al cargo.

Pero el problema va más allá de la anécdota. La conducta de Mario Ulises Lara contraviene frontalmente los principios de Morena, esos que su propio partido repite como credo, no mentir, no robar y no traicionar al pueblo. ¿Y qué mayor traición que comportarse como un mini virrey municipal, más preocupado por el protocolo y la apariencia que por la responsabilidad que le corresponde?

Un regidor de Morena, sobre todo en una comisión tan sensible como Salud Pública, debería encarnar la humildad, estar en el territorio, conocer de primera mano las carencias, caminar sin maquillajes y sin aires de superioridad. Pero cuando un servidor público se extravía en lo banal y empieza a exigir un séquito para lo trivial, demuestra que aprendió de la vieja política lo peor, la distancia, la soberbia y el culto al ego.

La ciudadanía no espera espectáculo; espera servicio. No quiere servidores públicos que se comporten como estrellas, sino funcionarios que entiendan que la dignidad del cargo nace de la congruencia, no del show.

Si Mario Ulises Lara no puede cargar su propio paraguas, ¿cómo pretende cargar con los problemas de salud, pobreza y asistencia social que golpean al municipio? Si no puede con lo mínimo, ¿cómo va a poder con lo importante?



Publicar un comentario

0 Comentarios