El pasado domingo 1 de junio de 2025, México vivió las primeras elecciones judiciales tras la Reforma Judicial de 2024


Redacción/Hechos del Caribe

Cd Mx, 2 de junio de 2025.–El domingo 1 de junio, México fue escenario de una jornada electoral inédita en su historia democrática: por primera vez, los ciudadanos eligieron por voto directo a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, tanto a nivel federal como en 19 entidades federativas, en cumplimiento con lo dispuesto en la Reforma Judicial de 2024 impulsada por el Ejecutivo federal.

Sin embargo, la respuesta ciudadana estuvo marcada por el desinterés y la inconformidad. Según estimaciones preliminares, la participación ciudadana apenas superó el 13% del padrón electoral nacional, compuesto por alrededor de 100 millones de votantes. Esta cifra refleja un preocupante nivel de abstencionismo frente a un proceso que prometía abrir una nueva era de justicia democrática.

Durante la jornada, en varias casillas del país se registraron boletas anuladas de manera deliberada por ciudadanos que expresaron su descontento con el proceso electoral y con el contexto político que lo rodea. En redes sociales y medios locales, comenzaron a circular imágenes de papeletas marcadas con mensajes de protesta, donde el sufragio fue utilizado como una forma de denuncia.

Entre las leyendas inscritas a mano se leyeron frases como:

“Este golpe de Estado lo lamentaremos mucho”

“Ching.. su madre Noroña”

“Queremos Paz ¡¡”

“Abrogación de la Ley del ISSSTE 2007”

“Militares a sus cuarteles”

“Justicia para las familias buscadoras”

“Justicia para las mujeres asesinadas”

“No al fraude más grande en México”

“No al autoritarismo”

“No a la imposición”

Estos mensajes reflejan no solo una desafección hacia el proceso, sino también una amplia gama de reclamos sociales no atendidos, desde temas de seguridad y justicia hasta demandas por la desmilitarización del país y el rechazo a políticas gubernamentales percibidas como autoritarias.

Pese a los esfuerzos de promoción institucional, muchas voces criticaron el proceso por la falta de información clara sobre los perfiles de los candidatos judiciales, así como por el riesgo de politización de los órganos que deben ser garantes de la justicia. En estados como Quintana Roo, además, se reportaron incidentes de seguridad que obligaron al cierre anticipado de casillas, y una respuesta institucional que optó por minimizar las irregularidades.

El ejercicio del voto, lejos de canalizarse únicamente como una elección racional entre propuestas, se convirtió también en un canal de expresión ciudadana frente a un entorno de creciente polarización y desconfianza hacia las instituciones.

Con una participación tan baja y una ola de boletas anuladas con mensajes de protesta, la legitimidad de los resultados será puesta a prueba, tanto por los actores políticos como por la ciudadanía. El reto para las autoridades será no sólo contar los votos, sino leer el mensaje de fondo, una sociedad que exige ser escuchada, incluida y respetada.

Las elecciones judiciales de 2025 serán recordadas no sólo por su carácter pionero, sino también por el profundo malestar que evidenciaron en amplios sectores de la población. México atraviesa un momento clave, el voto no sólo eligió, también gritó.




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