Por: Manuel Solís
Chetumal, Q. Roo.- Indignación y desconcierto ha generado entre los derechohabientes y familiares de pacientes la más reciente decisión de los directivos del Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chetumal, cerrar con mallas metálicas el perímetro exterior del hospital, donde por años los familiares encontraban un espacio para descansar, especialmente durante largas jornadas de espera.
La molestia no se ha hecho esperar. En un nosocomio donde la escasez de medicamentos es constante, donde los baños están en condiciones deplorables, donde el equipo médico es insuficiente o inexistente, los usuarios consideran absurda la prioridad que se le dio a una obra que no resuelve las verdaderas necesidades del hospital.
“No hay paracetamol, no hay camillas, pero sí hay presupuesto para encerrar el hospital con rejas”, expresó molesta una derechohabiente que acompañaba a su madre hospitalizada. “Ahora ni descansar podemos, Es inhumano”.
Este espacio exterior, aunque modesto, era el único lugar donde decenas de familiares podían sentarse, tomar un respiro o simplemente pasar la noche mientras esperaban noticias de sus seres queridos internados. Con esta decisión, el IMSS no solo ignora las necesidades reales del hospital, sino también la dignidad y el bienestar de quienes acompañan a los pacientes.
Usuarios han denunciado que la medida fue tomada sin consultar ni informar a la ciudadanía, lo que ha incrementado el malestar general. “¿Qué sigue, enrejar los pasillos?”, señaló un acompañante de un paciente de la tercera edad.
Mientras tanto, los problemas estructurales y operativos del hospital permanecen sin solución, la falta de personal, de aire acondicionado, insumos médicos, mantenimiento e higiene siguen siendo el pan nuestro de cada día para miles de derechohabientes.
Vaya ocurrencia, en un sistema de salud donde las prioridades parecen estar cada vez más alejadas de las verdaderas necesidades de la población.
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