Manuel SolÃs | Desde el Caribe|
La defensa del patrimonio natural de Cozumel ha tomado una nueva dimensión con la entrega de más de 12 mil firmas ciudadanas que exigen la cancelación del polémico proyecto del cuarto muelle de cruceros en la isla. Este respaldo popular, reunido en un expediente ciudadano, representa mucho más que una objeción técnica, es una declaración de principios, una exigencia colectiva de justicia ambiental y un modelo de desarrollo más justo.
Durante el último foro “El Pueblo Decide”, celebrado este domingo, el senador quintanarroense Eugenio Segura Vázquez "Gino" Segura hizo público este esfuerzo colectivo, acompañado de autoridades locales, especialistas y organizaciones civiles. El expediente "que será presentado ante la SEMARNAT como recurso de revisión con base en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo" está sustentado en argumentos legales, estudios técnicos y, sobre todo, en testimonios de una comunidad que conoce y ama su entorno.
Lo que está ocurriendo en Cozumel no es una simple protesta ambiental. Es una movilización ciudadana que plantea una pregunta de fondo, ¿a qué tipo de desarrollo aspiramos? Durante los cuatro foros organizados en la isla, se escuchó a pescadores, prestadores de servicios, investigadores y familias que comparten una preocupación común; el cuarto muelle pone en riesgo los arrecifes, el acceso público al mar y el equilibrio ambiental del que depende la economÃa local.
La ciudadanÃa cozumeleña no solo ha dicho "no" al muelle; ha dicho "sÃ" a un modelo alternativo, uno que combine turismo con sostenibilidad y beneficios equitativos. En ese espÃritu, se anunció la creación de una Mesa Permanente por un Turismo con Prosperidad Compartida, espacio donde se pretende repensar el futuro turÃstico de Cozumel con participación de todos los sectores involucrados.
El respaldo polÃtico tampoco es menor. El evento contó con el apoyo del presidente municipal José Luis Chacón, el diputado local Renán Sánchez Tajonar y el secretario estatal de EcologÃa y Medio Ambiente, Óscar Rébora. Esta confluencia de voces refuerza la legitimidad del movimiento y envÃa un mensaje claro, no se trata de una agenda partidista, sino de una causa colectiva.
La comunidad de Cozumel ha tomado la palabra con firmeza y convicción. Su mensaje es claro, proteger los arrecifes, conservar la biodiversidad y garantizar que el desarrollo turÃstico no sea una amenaza, sino una oportunidad compartida. Lo que se juega aquà no es solo el futuro de un muelle, sino el modelo de convivencia entre la naturaleza y la economÃa.
La decisión está ahora en manos de la SEMARNAT, pero la voluntad ciudadana ya ha sido expresada con contundencia. Cozumel se ha convertido en ejemplo de resistencia organizada y propuesta alternativa. Defender el mar es, en este caso, defender la vida, la justicia y el futuro de las próximas generaciones.
La historia juzgará de qué lado estuvo cada quien. Por lo pronto, el pueblo de Cozumel ya decidió.
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